Recuerdos lejanos de 1848

El "Cuarenta y ocho" de Milán, es decir las "Cinco Jornadas" de 1848 ha sido un suceso que sigue siendo esencial para los italianos y, sobre todo, para los milaneses que son orgullosos por el papel desempeñado en la ciudad, en ese momento. Milán ha sido en realidad un símbolo de valores como libertad, valentía y heroísmo que permanecen latentes, en nuestros días, quién sabe en qué rincón de la ciudad moderna. Pues bien, esos cinco días, recordados por los libros de historia como un gran acontecimiento, en realidad fueron terribles: los austríacos disparaban con fusiles por todos lados y los insurgentes se defendían sin piedad, debido a la exasperación por su condición de pueblo subyugado.
Muchos hallazgos han sobrevivido a esos momentos y hoy se encuentran en el Museo del Resurgimiento de Milán (incluso hay una sección dedicada a las "Cinco Jornadas de Milán") para nunca olvidar a que hecho debemos ciertas libertades que hoy en día podemos concedernos y, además, nunca olvidar a los protagonistas de esos cinco días, aquellos ciudadanos que con armas de fuego y horcas (incluída gente que procedía de los alrededores de la ciudad) que han vivido cinco días de infierno entre disparos, explosiones y cañonazos, sin poder ver a Italia unida y libre. Para obtener una visión de la cara de Milán luego de los "Cinco Días", basta ir al cruce de las calles Corso Venecia y via della Spiga, ahí, en la fachada de un edificio hay un agujero con una placa que dice "marzo 1848". El agujero fue causado por un cañón austríaco. 
Si pasamos por allí, no digo hacer una reverencia pero por lo menos echar un vistazo porque es una circunstancia que obliga.